El pasado 14 de marzo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, emitió severas advertencias sobre la situación del hambre en el mundo ante el conflicto bélico prevaleciente entre Ucrania y Rusia. Guterres refirió que Rusia y Ucrania representan más de la mitad del suministro global de aceite de girasol y alrededor del 30% del trigo mundial.
Guterres afirmó que 45 países africanos y en vías de desarrollo importan al menos un tercio de su trigo de Ucrania o Rusia. Entre esas naciones nombró a Burkina Faso, Egipto, República Democrática del Congo, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Asimismo, señaló que Ucrania proporciona más de la mitad del suministro del cereal al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, la más grande agencia humanitaria del planeta enfocada en el hambre y la seguridad alimentaria.
A juicio del máximo representante de las Naciones Unidas, la guerra trasciende las fronteras de Ucrania, ya que es “un ataque a las personas y los países más vulnerables del mundo”. Y que exacerba una serie de problemáticas preexistentes a la guerra, como las consecuencias de la pandemia del coronavirus, la alta inflación y los elevados niveles de deuda pública. Advirtió que la nueva crisis “está plantando las semillas de la inestabilidad política en todo el mundo”.
Ha advertido a la comunidad internacional que “debemos hacer todo lo posible para evitar un huracán de hambre y el colapso del sistema alimentario mundial”.
BANCO MUNDIAL.
De su parte, el Banco Mundial revalidó las advertencias de las Naciones Unidas mediante su informe Trade Watch correspondiente al mes de marzo. En dicho informe advirtió que el impacto en el mercado del trigo será mucho más profundo y más general, ya que afectará a los precios, a los mercados de productos sustitutos y a los países importadores netos de alimentos, particularmente aquellos de bajos y medianos bajos ingresos.
El Banco Mundial dijo que Gambia, Líbano, Moldavia, Djibouti, Libia, Túnez, Pakistan, Somalia, Bangladesh, Mauritania, Israel y Eritrea son los más expuestos a las interrupciones de las exportaciones de trigo de Ucrania, que representan aproximadamente al menos un 20% de sus importaciones de trigo.» Estos importadores tendrán problemas para cambiar rápidamente a fuentes alternativas, lo que posiblemente provoque escasez de suministro a corto plazo», dijo el organismo.
Así mismo, señaló los riesgos de perturbaciones en el mercado mundial por la imposición por parte de Rusia de restricciones a la exportación de trigo y otros cereales a países fuera de los miembros de la Unión Económica Euroasiática (EAEU). “Las interrupciones en la producción y exportación de trigo de Ucrania restringirían aún más el suministro de este alimento básico clave”, afirmó la institución.
PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP por sus siglas en inglés), afirmó que está trabajando para minimizar los efectos colaterales del aumento de los precios de los alimentos y la energía originados por el conflicto de Ucrania sobre la hambruna en todo el mundo, mientras procura aumentar las operaciones dentro del país europeo y alcanzar a 3.1 millones de personas. “Mientras el hambre amenaza directamente a Ucrania, las consecuencias de esta guerra se extenderán por todo el mundo. Rusia y Ucrania juntas exportan alrededor del 30% del trigo del mundo”, dijo el director ejecutivo del WFP, David Beasley.