Activistas republicanos que defienden la mentira de que al expresidente Donald Trump le robaron la elección de 2020 han elaborado un plan que, dicen, va a frustrar cualquier intento de fraude en los comicios legislativos del mes próximo. La estrategia: votar en persona el día de la elección, el 8 de noviembre, o —para quienes sufragan por correo— retener las boletas y entregarlas en un sitio de votación o una oficina electoral a última hora.
El plan se basa en teorías de conspiración infundadas de supuestos defraudadores que van a manipular los sistemas de votación a fin de favorecer a los demócratas una vez que vean cuántos votos republicanos han sido enviados de manera anticipada. No existe evidencia de un fraude así.
Si la campaña funciona y suficientes votantes son persuadidos para que no voten adelantadamente, podría haber filas largas el día de la elección, lo que retrasaría el procesamiento de votos por correo que se entreguen más tarde de lo normal. Esas boletas casi seguramente no serán contadas hasta el día siguiente o después.
“Lo demoraría todo”, alertó Noah Praetz, exsecretario electoral del condado de Cook, en Illinois, que ahora asesora a oficinas electorales locales sobre las mejores prácticas y seguridad. “En muchos lugares, si no recibes las boletas por correo hasta el día de la elección, no las cuentas hasta después del día de la elección”.
No hay evidencia de fraude amplio, trampas ni manipulación de las máquinas de votar en la elección de 2020. Exámenes exhaustivos en los estados disputados por Trump ratificaron la victoria de Joe Biden y numerosos jueces, incluso algunos nombrados por republicanos, desestimaron las demandas legales presentadas por el expresidente y sus aliados.
Eso no ha frenado la diseminación de teorías de conspiración en los últimos dos años, alimentadas por Trump y sus aliados, como el multimillonario Mike Lindell y una serie de candidatos republicanos que aspiran a cargos este año. Los llamados a retener las boletas hasta el último minuto han aumentado en semanas recientes, de acuerdo con una revisión de cuentas en redes sociales por The Associated Press.
“Es mucho más fácil así descubrir cualquier fraude”, aseguró Lindell en una entrevista reciente con la AP. Lindell, quien ha promovido la estrategia en podcasts y en diversos eventos, ha tratado de probar que las máquinas de votación en 2020 fueron manipuladas en favor de Biden.
Trump también ha apoyado la campaña, afirmando en un mitin reciente que votar el día de la elección era mejor, porque “será más difícil para ellos hacer trampa de esa forma”.
La estrategia de los conservadores se produce luego de que el uso de boletas por correo subió durante la elección de 2020, en medio de la pandemia de COVID-19. El fin de las restricciones por la pandemia, los ataques de Trump a las votaciones por correo y nuevas restricciones al voto en algunos estados gobernados por republicanos han llevado a la declinación en el uso de boletas por correo este año, pero siguen siendo una opción popular para muchos votantes.
Los expertos dicen que una avalancha de boletas a último momento crearía demoras que pudieran ser usadas para socavar la confianza de la ciudadanía en las elecciones.
“Es una oportunidad para que las personas comiencen a cuestionar y sembrar desconfianza”, lamentó Chris Piper, excomisionado del Departamento de Elecciones de Virginia.