Si algo tienen claro Olga Lucía Vives, Natalia Afanador, María Cristina de Angulo y Camila Esguerra es que no existe una receta para hacer una buena canción. Lo saben desde que comenzaron el camino de la música, cuando dejaron a un lado las interpretaciones y tras firmar un contrato con Sony Music, se lanzaron al agua escribiendo, cantando y bailando juntas.
Saben que lo más difícil de un negocio como la música es la incertidumbre y que, así como es posible soñar y tener expectativas, la vida da tantas vueltas que al final resulta imposible saber cómo terminará todo.
Con el tiempo se han convertido en una familia. Llevan años creciendo juntas, pasando por la adolescencia hasta convertirse en mujeres, pero saben que cada una es un individuo con el derecho a buscar sus propios sueños. El secreto de todo, cuentan Esguerra y Vives, es que tienen una conexión tan cercana, que no solo logran coincidir hasta en la paleta de color de sus atuendos, sino en momentos fundamentales de la vida, como los rompimientos amorosos, que terminan convertidos en canciones, como en ‘No se ve tan mal’, su último sencillo musical.
“Esas historias son 100% reales. Esa canción se escribió el año pasado cuando, curiosamente, todas estamos pasando por un momento similar y acabamos de terminar relaciones que fueron importantes. Nos terminaron los hombres y, para rematar, ellos eran mejores amigos y nosotras mejores amigas, entonces se nos juntó la ‘tusa’. Después, cuando nos sentíamos mejor, se hizo esta canción, un poco en venganza, diciéndoles, ‘oigan de verdad, gracias’”, explica Olga Lucía Vives.
El proceso de creación de su más reciente producción, señalan las integrantes de la banda, fue diferente, pues se dio a través de Zoom, en medio de la pandemia, y comenzó, como todas las canciones de la banda, a adquirir forma en una especie de laboratorio donde el resultado siempre es inesperado.
“Milagrosamente funcionó porque, además, la señal suele llegar en diferentes momentos; además, siempre es complejo, porque muchas veces mi idea no es mi idea, sino una respuesta a la idea de los demás. Entonces a alguien le puede gustar una propuesta pero hace la sugerencia de re enfocar (…) El proceso siempre es diferente. Es muy loco eso, porque los roles entre quien escribe y aprueba cambian y todas escribimos, hacemos melodías y aportamos en diferentes maneras para construir algo diferente. Cuando entramos en una sesión de composición, de verdad, no tenemos ni idea de lo que va a salir” explica Camila Esguerra.
En ese sentido, cuentan, el proceso de creación a ocho manos, es cambiante y no existe una fórmula para hacer un hit, pues si bien, puede haber canciones favoritas, con productores reconocidos, eso no da garantía para que el sencillo sea un éxito.
La unión hace la fuerza
Comúnmente, en las relaciones humanas hay unos límites establecidos entre el colegaje y la amistad, pero en el caso de Ventino, cuentan Esguerra y Vives, no existe un interruptor en el que las integrantes enciendan o apaguen el rol de amistad para entrar a ser colegas en un estudio y viceversa. Al contrario, funcionan como una banda en la que el colegaje y la amistad se han logrado integrar hasta lograr una relación de hermandad, que no es limitante con la vida personal y los proyectos individuales.
En ese orden de ideas, mientras Camila Esguerra alterna su tiempo como escritora, Olga se dedica a la venta de productos ecológicos, Natalia Afanador cuenta con una marca de accesorios y María Cristina comparte en redes sus recetas de cocina, una de sus grandes pasiones.
“Hoy somos individuos. Yo tengo mi libertad de hacer las cosas que me gustan más allá de Ventino y eso no va a hacer que las demás integrantes me digan que no puedo, porque, al final, somos un equipo y el equipo quiere que cada miembro esté feliz”, cuenta Vives.
“Creo que cada una se aventura a hacer un proyecto personal y eso no significa que se vaya a ir del grupo; al contrario, todo lo que estás haciendo alimenta a cada persona, pero, además, también alimenta a los fans que conectan contigo de otra manera, porque atraes otros públicos. Cada vez que decidimos hacer algo más, nos multiplicamos generando nuevas maneras de que la gente se conecte. Somos las mejores cómplices y las primeras en ser las fans número uno del proyecto que haga la otra. Yo creo que si a alguna se le ocurre abrir un carrito de empanadas, vamos a ser las primeras en hacer la fila y comprarle”, añade Esguerra.
Si bien, en la banda la amistad y el colegaje se fusionan, también los retos se asumen de la misma forma. En tal sentido, Olga Lucía y Camila explican que entre ellas se jalan mutuamente, pues la música, así como trae alegrías, también puede desmotivar. En ese sentido, cuando los tiempos son difíciles, la motivación siempre se sostiene entre alguna de las integrantes que se encarga de sembrar el optimismo.
“Es muy fácil uno querer rendirse, pero cuando tiene un equipo al lado, casi nunca las cuatro personas están desmotivadas al mismo tiempo. Como todo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero creo que lo malo queda en un segundo plano porque lo bueno es mucho mejor. Obvio que las cosas toman un poquito más de tiempo, gestionar el horario de cuatro personas cuando cada una tiene una vida personal es complicado, pero al final del día uno simplemente aprende a manejarlo porque sabemos que el equipo vale la pena y que sin este uno estaría un poquito infeliz”, explica Vives.
Cuando se les pregunta a Olga Lucía Vives y a Camila Esguerra por el futuro a corto y mediano plazo, aseguran que no hay algo que sea más incierto. Muchas han sido las veces en las cuales han proyectado metas que terminan siendo logros que surgen de una manera inesperada, por eso aseguran que lo importante no solo es dejar fluir, sino con disciplina trabajar, como lo vienen haciendo desde hace unos meses con la trilogía de videoclips, en la que ‘No se me ve tan mal’ entrará a ser una consecuencia de las otras dos piezas audiovisuales pendientes.
Sin embargo, mas allá de este objetivo, el futuro a mediano plazo lo plantean con mucha emoción, explicando que se trata de un proyecto que se encuentra en curso y que próximamente estarán anunciándolo públicamente.
“Creo que esto nos va a dar mucha visibilidad a nivel nacional y a nivel internacional porque no solo nos van a ver cantando música nueva, sino que nos van a ver haciendo otro tipo de arte. Va a ser una sorpresa para todo el mundo. Es algo que venimos trabajando todo este semestre y lo venimos proyectando desde hace más de dos años. Este proyecto contiene un álbum y va más allá de la música”, cuenta Esguerra.
Sea dentro y fuera del escenario, como buenas cómplices, Camila y Olga se guardan el secreto a la espera de que sean las voces de las cuatro, las que inviten directamente a cada uno de sus seguidores en redes sociales a estar al tanto del siguiente paso de su carrera, esa que muchos han seguido de cerca y que a con cada paso sobre la tarima va sembrando retos, nueva música y logros más grandes.